Un regalo de los hijos de Don Bosco y un sueño realizado, hacer vivo el espíritu y el estilo de Don Bosco, iniciar la tarea de la educación, en un ambiente parroquial y familiar de este poblado sector de la ciudad, noble, decente y cristiano por esencia.
Nuestro colegio abrió sus puertas con cerca de 113 estudiantes por lo pronto y para ese año los tres primeros grupos de instrucción primaria…todo faltaba y lo había todo: el espíritu de Don Bosco, poderoso, lleno de optimismo y alegría.